Creo en la fortaleza en el debate, no en la ofensa: David Figueroa Ortega

Hermosillo, Son.- Creo en la fortaleza en el debate, no en la ofensa aseguró David Figueroa Ortega, Ex cónsul de México en Los Ángeles respecto a la polémica entre diversas fuerzas políticas sobre temas de impacto social como la Reforma Hacendaria.
“Creo en la diversidad de ideas, en no desprestigiar a los demás”, señaló en

entrevista radiofónica.
Los congresos son el escenario para exponer coincidencias y diferencias, marcarlas incluso, pero en un marco de respeto y sobre todo sin perder el objetivo de beneficio a la sociedad, sea cual sea el tema como en este momento la Reforma Hacendaria. 
Lo anterior en respuesta concreta  sobre la intensidad de los debates que en múltiples ocasiones se viven en los congresos local y federal.
Tenemos que tener libertad todos, y ello implica ejercerla con responsabilidad, con respeto hacia las demás personas aún cuando no piensen igual o no estemos de acuerdo con ellas.
“En este sentido transito por la vida sin ataduras”, señaló quien no se limita a intercambiar ideas o sostener debates con personas de diferentes ideologías.
De acuerdo con todo aquello que empodere a la sociedad
David Figueroa Ortega aseveró que en este marco de respeto y libertad, México y Sonora tienen que transitar cada vez más a acciones o decisiones que empoderen a la sociedad. 
“No todo el poder a los políticos. Más sociedad y menos gobierno”, señaló.
A diferencia de otros países incluso de primer mundo como Estados Unidos, donde tuvo la experiencia de vivir sus procesos electorales y de ejercicio de gobierno al haber sido Cónsul General de México en San José y Los Ángeles, California del 2008 a Mayo de este año,  opinó que en nuestro país el poder está concentrado en la clase política, lo cual es un freno para el desarrollo.
Necesitamos una sociedad más organizada, más actuante además de demandante; organizaciones que no dependan del presupuesto gubernamental, ni estatal ni federal para que cuenten con total libertad de acción.
Mientras la esperanza esté sólo en una persona, sea del color o ideología que sea, no vamos a avanzar. 
En la actualidad quien llega al poder tiene tanto poder concentrado, y la sociedad tan poco poder estructurado, que no hay un equilibrio vital para el desarrollo. El tránsito debe ir hacia una mayor participación sí, pero con organización más que el voto en sí.
Necesitamos gobierno pero con el acompañamiento de la sociedad, sin éste el éxito o el fracaso, más allá de las acciones o buenas intenciones, estará alejado del sentir ciudadano. Ahora los gobiernos están obligados a caminar de la mano con la sociedad y viceversa, no por decreto constitucional, sino por necesidad elemental.
“Insisto: más sociedad y menos gobierno”