Los cafecitos infructuosos / Columna

Por: Jesús Olivas Figueroa
Sí, que rico es el café por la mañana, ese que te despierta con su nutrido olor, su excelso sabor y ese humito que termina por despabilarte luego de...
saborear sorbo a sorbo su textura inconfundible; pero, me pregunto, para qué se reúnen dos políticos a tomar café en pleno arranque de campaña por una diputación?.

Sacamos esto a colación luego de que el Presidente del Consejo Estatal  Electoral y de Participación Ciudadana (CEE), Francisco Javier Zavala Segura y el líder del panismo estatal Juan Valencia Durazo se reunieron para platicar sobre el proceso electoral que se sigue en el Distrito XVII.

En un café donde están rodeados de sus colaboradores principales, y por supuesto de los fotógrafos que captaron la imagen que destilará ecos de la reunión por algunos medios de comunicación, una imagen que intentará permear entre el colectivo, que los señores buscan con su encuentro, ampliar las posibilidades de un proceso limpio y democrático.

Sí, eso es loable, mucho, les aplaudo el esfuerzo, pero como comenté en esta misma columna la semana pasada, los políticos se han vuelto reyes del tema mediático, han encontrado en ese puntual proceder de los equipos de comunicación, un rinconcito que ha dado frutos de manera positiva, pero desgraciadamente las elecciones, las ganan en las negociaciones de altas esferas de la polaca.

Y no es que Juan Valencia no pertenezca a ese selecto grupo, al contrario, es de ellos, gente de confianza del mandatario estatal Guillermo Padrés, se ha ganado a pulso ese puesto, con trabajo partidista incluyente, y para muestra bastó el botón de la reelección, donde nadie le hizo sombra, era el iluminado, y eso lo logró gracias a su trabajo, pero mire usted:

Por esa misma razón, Valencia Durazo, tiene voz y voto dentro del sistema del predrecismo, sin embargo, las decisiones finales las toma su jefe, Padrés, equivocadas, muchas de ellas llenas de soberbia, impregnadas de puntuales errores, razonadas con la ira como bandera, y ahí, en ese escenario, envuelven a Juan Valencia.

Remar contra la corriente ha sido su más grande navegación, defender a veces lo indefendible su arma mortal, ser el “soldado” que pone el pecho erguido en frente de la batalla su legado, y ser parte de la rebelión panista encabezada por Padrés, pudiera ser su tumba política, pero ánimo, esa es su chamba, y la está haciendo de buena manera.

Su capacidad nadie se la niega, pero el rodar con llantas medio lisas entre espinosos caminos sembrados por la paupérrima administración de Padrés, predicen que el final está muy cerca y el confort político cada vez más lejos.

Por su parte, Francisco Javier, el joven maravilla de la abogacía, desgraciadamente es uno más de la nómina del Gobernador, su dependencia del gobierno como Presidente del CEE, lo hace inerte ante peticiones con tintes de ilegalidad, los recursos escasean cuando así lo determinan desde palacio, y el actuar de Zavala tiene que rendirse ante tal acto de barbarie política.

Ambos, tanto el de Granados (Valencia) como el del barrio céntrico e histórico de Hermosillo, la Colonia San Juan, (Zavala) son dos hombres bien intencionados, inteligentes, pero mientras este par dependan económicamente de Padrés, de las decisiones finales, serán simple espectadores, y los cafecitos infructuosos, seguirán siendo solo mediáticos, simplemente eso. 

Será importante ver si Zavala se reúne con los demás Presidentes de Partido, seguramente lo hará, y la foto seguirá circulando, intentando permear un sano intento por demostrar que el CEE trabaja en beneficio de los intereses y decisiones en la urnas de los ciudadanos y no del sistema que paga los gastos del edificio y las nóminas de sus empleados, difícil tarea, pero habrá que intentarla.

Difícil servir a un jefe que no escucha al pueblo, que no ve las corruptelas de sus propios amigos dentro del poder, que no huele que Sonora se está quemando en una fogata donde hierve la desolación del ciudadano sonorense, donde la soberbia salpica las heridas abiertas que ha dejado el padrecismo con su insultante proceder.

Difícil, muy difícil la tienen Francisco y Juan, pero insisto, son buenos soldados, de esos que se la rifan al momento de encarar al enemigo, y eso, seguramente los sacará a flote, aunque el barco en el que suelen navegar, se esté hundiendo, aunque así sea, como buenos capitanes, se tendrán que morir en el intento, no me cabe la menor duda que la lealtad de estos hombres los llevará por ese camino.

LISTO!!! Pórtense bien, que dios los cuide, bendiga y proteja.
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